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Activos financieros: qué son y cómo clasificarlos

Escrito por Oxperta | Sep 4, 2024 2:14:40 PM

 

¿Qué es un activo financiero?

Cuando hablamos de un activo nos referimos a un bien o derecho con un determinado valor y con capacidad de generar ingresos o de ser convertido en dinero.

En este sentido, un activo financiero es un título físico o anotación contable1 emitida por una entidad económica (empresa, banco, institución pública o privada, Estado, Comunidad Autónoma, etc.), en la cual el comprador invierte con el objetivo y derecho de recibir unos ingresos por parte de dicho vendedor en un plazo de tiempo variable, con vencimiento o de duración indefinida.

1 Anotación en cuenta o anotación contable: manera de representar los valores de renta fija y variable en unos registros contables especiales, normalmente informáticos. Su implantación ha supuesto la desaparición de la mayoría de los títulos físicos, permitiendo agilizar y mejorar la seguridad de las transacciones de valores. 

Por lo tanto, cuando una entidad busca financiamiento, puede emitir deuda mediante un activo financiero con el objetivo de que un tercero invierta sus ahorros en esa deuda durante un plazo determinado con el fin de obtener rentabilidad.  

A diferencia que un activo no financiero2 tangible, el activo financiero no tiene valor físico, es decir, es un contrato, muchas veces registrado en formato digital, de donde se obtiene su valor intrínseco o razonable3, teniendo en cuenta la capacidad de generar flujos de efectivo futuros o la especulación en la apreciación o incremento de valor del activo en un momento futuro, así como su precio4.

2 Activo no financiero: aquel que obtiene su valor de las características que lo definen (propiedades o rasgos) y no del cumplimiento de un acuerdo o contrato. Los activos no financieros se clasifican en tangibles / reales (casa o coche) o no tangibles (patente o derecho de propiedad intelectual de un producto)
3 Valor intrínseco o razonable: cantidad total de dinero que se puede obtener de un activo financiero menos todos los costes asociados a su adquisición y mantenimiento. 
4 Precio: valor monetario al que se puede comprar o vender un activo. 

Además, sirve para movilizar los recursos de la economía, contribuyendo al crecimiento real de la riqueza, aunque no contribuye a incrementar la riqueza general de un país, ya que no se contabiliza en el Producto Interior Bruto (PIB) 

Un activo financiero atraviesa tres etapas. Su emisión o creación, su negociación en los mercados primarios5 y secundarios6 y, en algunos casos, según su naturaleza, su desaparición o extinción.

5 Mercado primario: mercado en el que se crean y negocian por primera vez los títulos de nueva emisión. 
6 Mercado secundario: mercado en el que se intercambian (venden y compran) los títulos ya existentes, emitidos en un momento anterior.

 

Características de un activo financiero

Todos los activos financieros tienen en común tres características:

  • Liquidez: capacidad de convertir a corto plazo un activo financiero en dinero sin perder los beneficios generados ni sufrir penalizaciones. De esta forma, el activo más líquido es el dinero en efectivo, seguido de los diferentes tipos de depósitos y productos como bonos, fondos públicos u obligaciones, entre otros.

    Comúnmente, se asocia con el precio de un activo financiero, es decir, la cantidad de dinero que podría obtener a cambio el inversionista si lo vendiera.

  • Riesgo: probabilidad de que el vendedor no cumpla con su compromiso y se calcula en función de su solvencia y las garantías que aporte. Por lo tanto, es la posibilidad que existe de no recuperar la inversión o incluso de perder parte del dinero invertido.

  • Rentabilidad: interés que obtiene el comprador del activo financiero a cambio de aceptar el riesgo que supone ceder temporalmente su dinero a la entidad que lo emite.

    La rentabilidad que se obtiene son los dividendos, que son los repartos de beneficio de la entidad que vende el activo financiero. En este sentido, la rentabilidad depende de lo que se haya pactado en el contrato y de la evolución del mercado.

    En el caso de los activos financieros de renta fija, los cuales se explicarán más adelante, esta rentabilidad está definida por los tipos de interés, que se expresan en porcentaje del capital invertido. En cambio, en los activos financieros de renta variable, la rentabilidad depende de otros muchos factores, pero no está garantizada.

Cada una de estas características puede variar según el tipo de activo financiero. Asimismo, siempre existirá una relación directa entre liquidez, riesgo y rentabilidad, ya que, cuanto más difícil sea convertir un activo financiero en líquido, más riesgo tendrá, pero también un mayor potencial de rentabilidad.

 

Tipos de activos financieros

Hay varias maneras de clasificar los activos financieros según sus características:

1. Según el tipo de rentabilidad y el riesgo asociado

  • Renta fija. La entidad emisora del activo financiero se compromete a la devolución total del capital más un porcentaje de rentabilidad fijada de antemano, después de un periodo de tiempo establecido. Este tipo de activo implica un menor riesgo, pero también ofrece menos rentabilidad para el inversor.

  • Renta variable. La entidad emisora del activo financiero no garantiza la devolución total ni parcial del capital ni la rentabilidad que le va a generar al inversor, ya que dependerá de diferentes factores poco controlables por el inversor como la solvencia o los resultados de la entidad o su situación macroeconómica. Este tipo de activo implica un mayor riesgo, pero también puede ofrecer una mayor rentabilidad para el inversor.

2. Según el plazo de vencimiento

  • A corto plazo. La amortización o devolución del contrato es inferior a 12 meses. En general, son los que más liquidez tienen y, al mismo tiempo, los que tienen un riesgo más bajo, pero también una rentabilidad es menor.

  • A largo plazo. La amortización o devolución del contrato es superior a 12 meses, siendo 10 años o incluso ser de duración indefinida. Al renunciar al capital un mayor periodo de tiempo, suelen ofrecer mayor rentabilidad, pero también más riesgos por la posibilidad de fluctuación del valor al ampliar su plazo de vigencia.

 

¿Qué activo financiero elegir?

Para elegir un activo financiero debes tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Perfil de inversor. Conocer tu perfil de inversor es esencial para elegir un activo financiero. Si lo desconoces, solo tienes que hacerte la pregunta: ¿qué riesgo quiero asumir?

  • Plazo. ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a renunciar a tu dinero? Si no lo necesitas a corto o medio plazo, podrás optar por activos financieros a largo plazo que ofrezcan una mayor rentabilidad.

  • Rentabilidad. Es un punto de vital importancia a la hora de elegir un activo financiero. Para conocerla es necesario comprobar las comisiones que pueden cargarnos, ya que la reducen.

Independientemente de tu elección, es importante diversificar, es decir, adquirir diferentes tipos de activos financieros no correlacionados entre sí, con el fin de reducir el riesgo total de tu cartera de inversión y no sufrir un dealbreaker por una gestión deficiente.