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Leasing financiero: Todo lo que necesitas saber

El leasing financiero es una herramienta de financiación cada vez más utilizada por empresas de diferentes tamaños y sectores. Esta opción de adquisición de bienes, en la que el arrendador (o empresa financiera) compra el bien y lo cede al arrendatario (o empresa que lo utiliza) a cambio del pago de una renta periódica, ofrece diversas ventajas frente a la financiación tradicional o la compra directa.

En este artículo, exploraremos en qué consiste el leasing financiero, cuáles son sus ventajas e inconvenientes, qué tipos de bienes se pueden adquirir con él, así como los aspectos fiscales y financieros que deben tenerse en cuenta antes de optar por esta alternativa.

Si estás considerando el leasing financiero como opción para tu empresa o simplemente quieres ampliar tus conocimientos en este tema, este artículo es para ti. 

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abril 16, 2024
Leasing financiero: Todo lo que necesitas saber

¿Qué es el leasing financiero?

El leasing financiero o arrendamiento financiero es una forma de financiación destinada a particulares, empresas y autónomos para la adquisición de bienes o activos fijos, tanto mobiliarios cómo inmobiliarios, tangibles e intangibles.

En el contrato de leasing financiero, intervienen tres actores:

  • El proveedor o distribuidor del bien, que es quien lo vende a la entidad financiera.

  • El arrendador, que es la entidad financiera que adquiere el bien y lo alquila a cambio de una cuota.

  • El arrendatario, que es la empresa, autónomo o particular que hace uso de ese bien a cambio de unos pagos periódicos.

 

¿En qué consiste el leasing financiero?

La entidad bancaria adquiere un bien por indicación del cliente al proveedor elegido por este y se lo alquila durante un período determinado a cambio de unas cuotas periódicas, llamadas canon, que incluyen el coste de esta cesión, más los intereses y los gastos de financiación. Asimismo, el arrendatario tendrá que asumir los gastos de mantenimiento y reparación del bien, y responder ante posibles deterioros.

En general, el contrato de leasing suele tener cláusulas que exigen al arrendatario contratar un seguro de averías y responsabilidad en caso de daño o extravía y permitir la inspección periódica del bien por parte del arrendador. Asimismo, en el caso del incumplimiento del contrato, el arrendador recuperaría el bien de forma inmediata.

Además, el leasing está sujeto a unas condiciones económicas concretas y en el contrato debe aparecer recogido el importe de la cuota de arrendamiento, diferenciando el coste de recuperación del bien y la carga financiera o intereses.

  • El coste de recuperación es la parte que se estipula por periodos que cubre el valor del bien. Las cuotas pueden ser constantes todos los meses o crecientes en el tiempo.
  • La carga financiera se representa mediante la aplicación de un tipo de interés predeterminado al coste pendiente de recuperación. Las cuotas del leasing están sujetas al tipo general de IVA y estos intereses se pueden estipular a tipo fijo o a tipo variable con un diferencial estipulado previamente.

Al finalizar el contrato, el arrendatario tiene tres opciones:

  1. Renovar el contrato, manteniendo las mismas condiciones o renegociándolas. Esto es posible si esta opción se incluyó en el contrato o si se alcanza un acuerdo entre las partes.

  2. Comprar el bien, abonando un precio residual, prefijado en el contrato, que normalmente corresponde a la última cuota del cuadro de amortización, o lo que es lo mismo, el valor original del bien más los intereses, restándole las comisiones y cuotas que ya se han abonado. Abonando este valor residual, el bien pasa a ser propiedad del arrendatario.

  3. Devolver el bien.

 

¿Qué normativa regula el leasing financiero?

El contrato de leasing es un contrato mixto, ya que contempla elementos de un contrato de alquiler de bienes muebles e inmuebles con características propias de los contratos de préstamo.

Este tipo de contrato está regulado por la Ley de Disciplina e Intervención de las Entidades de Crédito, Ley 26/1988, donde se estipula que, las sociedades de leasing que actúan como arrendadoras mediante la fórmula de contratos financieros están sujetas a la supervisión y control del Banco de España.

Por otro lado, a nivel operativo, el contrato de leasing debe establecerse por escrito, en escritura pública o como documento privado autentificado. Para que el arrendador no establezca el mismo contrato con otra empresa o particular externo para alquilar el mismo bien, el contrato de leasing deberá estar inscrito en el Registro de Comercio, en el cual se adquirirán una serie de derechos y costes que correrán por cuenta del arrendatario, a menos que se haya llegado a un acuerdo entre ambas partes. Tanto el arrendador como el arrendatario deberán cumplir con una serie de obligaciones en los contratos de leasing. El arrendador deberá mantener los bienes prestados libres de embargos y en buenas condiciones, para que el arrendatario pueda utilizarlos con normalidad. Por su parte, el arrendatario, al firmar el contrato de leasing, se compromete a pagar cada mes la cuota establecida para el uso y disfrute del bien. Dentro de los plazos establecidos, también asumirá los beneficios y los riesgos derivados del uso del bien. Por tanto, deberá responder de forma civil y penal por el uso del bien, respetar el derecho de propiedad de bienes y no venderlo o cedérselo a terceros, hasta que no se realice la compra.  

Asimismo, el tratamiento fiscal del leasing está regulado en la Ley 27/2014 del Impuesto de Sociedades, concretamente en su artículo 106, que regula el régimen fiscal de los contratos de arrendamiento financiero cuando el arrendador es una entidad de crédito.

 

¿Qué tipos de leasing financieros existen?

  1. Leasing mobiliario

    Es aquel en el que se alquilan bienes mobiliarios. Es decir, bienes que pueden ser transportados de un sitio a otro sin pérdida de su valor o utilidad, como equipos tecnológicos, maquinaria, elementos de transporte (vehículos), instalaciones, mobiliario de oficina, etc.  Este tipo de bienes deben estar ligados directamente a la actividad profesional o empresarial para poder estar sujetos a este tipo de arrendamiento. 

    La duración mínima de este tipo de contrato es de 2 años y se puede alargar hasta 4 años.

  2. Leasing inmobiliario

    Es aquel en el que se alquilan inmuebles destinados al desarrollo de la actividad empresarial, como almacenes, naves, fábricas, locales comerciales u oficinas, incluyendo inmuebles en construcción. 

    La duración del contrato es de mínimo 10 años.  

 

¿Qué ventajas tiene un contrato de leasing?

Un contrato de leasing dispone de una gran cantidad de ventajas, sobre todo fiscales, entre las que encontramos:

  • Deducción de la totalidad de la cuota. Se puede deducir el capital en el Impuesto de Sociedades, con un límite que no debe sobrepasar y que es el doble del coeficiente de amortización del bien marcado en tablas. El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de las cuotas también es deducible según la fiscalidad del cliente y se va difiriendo en el tiempo a medida que se van pagando las cuotas y amortizando el bien, cosa que no pasa si se compra el bien, ya que se deduce todo el IVA en el momento de la adquisición.

  • Ahorro del AJD o el ITP de la compraventa. Al no tratarse de la adquisición de un bien, el arrendatario se ahorra el impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (AJD) o el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) asociados a los contratos de compraventa, lo que puede suponer hasta un 7 % de la inversión.

  • Beneficios tributarios. El activo que se financia se registra en el Balance General del arrendatario, aunque la propiedad aún sea del arrendador. Esto quiere decir, que el cliente puede depreciar el activo y usar esa depreciación como escudo fiscal. Esto es debido a que la cuota de amortización se considera un gasto tributario, por lo cual, se puede deducir a la hora de hacer la declaración de la Renta.

  • Permite una amortización acelerada. El hecho de que el IVA sea deducible de las cuotas permite una amortización acelerada, lo cual supone un aumento en el importe del gasto fiscal,  reduciendo la base imponible del Impuesto sobre Sociedades (IS) o del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) Una amortización mayor durante los primeros años permite aplazar impuestos, aunque no evitarlos, puesto que la mayor amortización que supone el leasing en los primeros años conlleva una menor amortización en los años posteriores.

  • Financiación 100 %. El hecho de que las cuotas estén gravados con el IVA sobre la totalidad de las cuotas, capital e intereses incluidos, permite financiar el 100% de la compra, impuestos incluidos, sin necesidad de disponer de recursos adicionales, si la entidad no obliga a la empresa el pago de una cuota irregular inicial.

  • Evita fuertes desembolsos iniciales y aumenta la productividad. El leasing es un alquiler con opción a compra, por lo que se evita hacer un gran desembolso inicial de fondos propios para adquirir el bien necesario, con lo cual la empresa no sufre una disminución del activo circulante y dispone de estabilidad en la tesorería. Además, permite a la empresa disponer de liquidez y destinarla a otras necesidades, lo cual permite aumentar la productividad e incrementar las ventas.

  • Evita que los activos queden obsoletos. El leasing permite tener el equipamiento de la empresa actualizado acorde a los avances del mercado, por lo que, cuando se finaliza el contrato, se puede sustituir este por otro más eficiente y avanzado, para evitar la obsolescencia, sobre todo si se trata de bienes relacionados con tecnología e informática.

  • Agilidad. Las operaciones de leasing se tramitan de forma mucho más rápida y sencilla que las relacionas con otros productos bancarios como los préstamos o que las compraventas tradicionales.

  • Flexibilidad. Algunas entidades bancarias permiten la posibilidad de adaptar las cuotas y los plazos, por lo que permite al arrendatario adaptarlos de acuerdo con sus preferencias y flujo de caja, ya que el leasing está basado en la valoración del activo y en la capacidad del cliente para generar flujos de caja para cumplir con los pagos, a diferencia del crédito tradicional, donde la solvencia está determinada esencialmente por sus estados financieros y su historial crediticio.

  • Versatilidad de bienes. Se pueden adquirir todo tipo de bienes tanto nacionales como internacionales o importados.

  • Es compatible con otras líneas de financiación. El leasing no anula otras opciones de financiación como los créditos ICO o los préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) Además, afecta en menor medida al CIRBE, que es la base de datos de riesgos para el crédito que gestiona el Banco de España.

  • Equilibrio de la contabilidad. Puesto que el leasing es un alquiler, no consta como activo fijo y, por lo tanto, no aparece en el balance, no se modifica la ratio de endeudamiento del arrendatario y se mantiene la rentabilidad económica sobre activos fijos.

  • Evaluar la idoneidad de los activos. El leasing permite testear la necesidad del bien para la actividad de la empresa.

 

¿Qué desventajas tiene un contrato de leasing?

En el leasing, aunque lo parezca, no todo son beneficios, existen también algunos inconvenientes, los cuales detallamos a continuación.

  • No hay posibilidad de compra hasta la finalización del contrato. Aunque depende de las cláusulas del contrato, normalmente el arrendatario solo puede acceder a la propiedad del bien una vez haya finalizado el contrato de leasing. Además, el arrendatario decide cancelar el contrato antes de tiempo, deberá pagar una penalización.

  • No incluye servicios adicionales. El contrato de leasing no incluye el mantenimiento del bien, ni la posibilidad de repararlo, en caso de posibles deterioros. Por lo que será el arrendatario el que tendrá que asumir estos gastos, junto con los de un seguro, que es obligatoria su contratación.

  • Accesibilidad. Al tratarse como un riesgo financiero de largo plazo, las entidades financieras reservan este producto a empresas con solvencia media y alta o con suficientes garantías.

 

Como puedes observar, en este caso las ventajas exceden a las desventajas. Así que el leasing financiero puede ser una muy buena opción si necesitas activos para tu empresa. 

Si tienes un negocio y crees que el leasing puede ayudarte a seguir creciendo, contacta con nuestros expertos financieros y te ayudaremos a conseguir tu leasing con las mejores condiciones. 

 

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